lunes, 16 de abril de 2012

2º Visita al Mercado de las Pulgas








En esta oportunidad tuve mucho más en cuenta el asunto del encuadre (la del espejo ovalado y parte de velador), como también la restricción de no poder sacarle a personas ni al exterior me ayudo al acotar las posibilidades (de por si el mercado de las pulgas tiene muchas posibilidades al fotografiar, ya que es un espacio muy grande, con muchas tiendas distintas, con muchos colores diferentes, con los objetos que cambian de lugar, y algunos que se venden o entran nuevos en el día a día).

 También tuve en cuenta que había que evitar sacar fotos que describan, y que había que sacar fotos evocadoras, que te transporten a otro mundo. Un ejemplo es la foto de E.T en toma directa, y del caballo y pato en contrapicado, que por el punto de vista, y la forma en que incide y refleja la luz en el espacio y el objeto, se genera una sensación de "cine-de-terror-clase-b".

 Recorde lo que dijo el profe de que debían aparecer contradicciones en las fotos, un ejemplo de ello, es la foto del retrato antiguo de un hombre, y la foto de publicidad moderna de un hombre. Acá se puede apreciar la diferencia de ideales entre las dos épocas.

 La foto extraña de el techo luminoso con el reflejo del mismo, es una foto que se interesa en lo formal, las formas, pero debí abandonar esta línea, porque me parecían más interesante otras. Las fotos de la mesa de madera iluminada por un haz de luz, la foto de la chaqueta colgada, y la toma directa de un conjunto de objetos metálicos en el frente de un local: son fotos que se interesan más en la luz; y por la combinación de esta y los elementos de la imagen, se genera un clima, que le da una densidad psicológica a la fotografía, que es lo que las hacen interesantes.

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